03/03/12
Para el año 73, no era para nadie misterio que yo me cortaba
los brazos. Siempre tuve la indolencia y la precisión a mi merced.
Lo curioso fue cuando tuve que cortarlos a ellos, a los que les
dijeron “malos”. Nadie nunca hizo el ademán de advertirme, nadie jamás me dijo
que su piel era distinta a la mía; Incorruptible.
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